domingo, 28 de marzo de 2010

Senatus Populus Que Cracoviensis

Hola chicos, hace mucho tiempo que no escribía, ya lo sé. Tengo varias cosas que contaros, pero comenzaremos por orden cronológico, la primera es que estuve 5 días en Cracovia, sí, en Polonia. No tengo palabras para decir que es una ciudad impresionante, llena de historia y de cultura, si alguna vez en la vida tenéis la oportunidad de ir, hacedlo, porque no os arrepentiréis.

Si comienzo describiendo mi viaje para allá, teniendo en cuenta que soy la mas gafe que existe por aquí, bueno no, después de Laura que le robaron el bolso nada mas llegar a Umeå. Nada mas entrar en el control del aeropuerto me cogen de pardilla, para pesar mi maleta de mano, luego me hicieron sacar todo lo que llevaba dentro, y para terminar el día, tuve que ponerla como facturada, menos mal que no me cobraron nada.

Llegamos a Katowice, y allí cogimos una furgoneta-taxi, que nos llevó al mismo hostal, que por cierto era un edificio antiquísimo, sin reformar, con el ascensor estropeado, hasta un tercero que teníamos que subir todos los días, y encima las luces eran con sensores o yo que sé, y aquello parecía una casa de fantasmas. Por la noche, hasta me daba miedo bajar a la cocina.


El primer día lo dedicamos a visitar todo el centro de la ciudad, el barrio católico, la Iglesia de Santa María, donde tocan la trompeta una vez cada hora, en recuerdo del trompetista que murió avisando de la llegada de Genghis Khan, la Plaza principal.

El segundo día, nos dedicamos a ver el barrio judío (Kazimierz), el Castillo de Wavel, con la catedral y el palacio real, y comimos en un restaurante de lujo, con mi amiga Petra, una eslovaca que estuvo en Umeå.Aquella noche, salimos a unos cuantos antros que había allí, uno de ellos se llamaba Prozak, ya con eso lo digo todo.

El tercer día lo dedicamos de relax, de ir de tiendas, dar una vuelta por el centro, ver un poco de Cracovia mas tranquilamente, volvimos a comer en el mismo restaurante, y nos tomamos un café en el Café Singer, una cafetería del barrio judío que tiene por mesas máquinas de coser de la marca Singer, tal cual la que yo tengo en Sevilla.









 
Y el lunes, lo dedicamos exclusivamente a ir a Auschwitz, (Oswiecim en polaco), bueno no tiene palabras, es un sitio desolador, cuando a veces lo pienso, cuanta gente murió allí, cuantos millones de personas. El segundo campo, Auschwitz-birkenau, se presenta enorme, crees que imponente, pero ahí está, solo ante el juicio de miles de personas que pasan cada semana por esas tierras, solo para recordarnos de lo que es capaz de hacer el humano contra el ser humano.


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